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    —Mamá, ¿Te pegaste en la cabeza?—Me preguntó Lucia luego de una larga y sospechosa sesión de preguntas de parte de mi persona.    — Mi Papá Manu me dijo que te habías desmayado— Agregó Carlos    Yo me quedé un rato pensando en porqué Carlos le decía a sus dos padres “papás”, pero a mí la niña me decía “mamá”.      — El tío Manu nos dijo lo que era. Es cuando te quedás dormido sin querer, dice que es re peligroso porque te caés y podes pegarte en la cabeza.    ¿Por qué me desmaye?

    Abrí los ojos de golpe y me senté sobre la cama como si tuviera un resorte en el…La espalda baja. Recorrí con la mirada el lugar, sudando un déjà vu y dándome cuenta que desperté en esa misma habitación. Un trapo seco calló desde mi frente, el cual fue recogido por una mano derecha con dos anillos de oro.    — ¡Weon hijo de P***!, ¿Por qué nunca decís nada cuando te enfermás? ¡Vos nunca decís nada Sebastián!— Me reclamó, con la intención de recostarme otra vez.    — ¡Pa! — Exclamé agarrándole los

    Entró flotando como una manta deliciosa, aquel olor a pan. Me deslicé por las sabanas, hasta que fui abriendo los ojos lentamente. Me senté aun adormilado y a los pocos segundos desperté realmente, dándome cuenta que no reconocía aquella habitación y que jamás en mi vida había estado allí.    Mi vista no es muy buena sin mis lentes, pero soy capaz de distinguir formas y detalles, y definitivamente aquel lugar no era mi habitación, ni la de Argentina, Paraguay o la de Brasil... ¿Dónde carajos estaba?    A mi derecha había una mesita de luz y sobre esta descansaban mis

    Una cena rápida, que tardó una hora en ser preparada; Aunque tomando en cuenta la tecnología y exigencias culinarias del siglo XIX, sesenta minutos era un tiempo record. Miguel pensó que Manuel iba a ayudarle con los preparativos, ya que España había ordenado a todos los sirvientes abandonar la casa, y de paso ponerse de acuerdo en que responderían si el visitante hacia preguntas comprometedoras; Pero no fue así, El Virreinato se encontró a si mismo cocinando solo, hecho un manojo de nervios a causa de Capitanía de Chile, quien estaba esperando en el comedor junto a su padre.      Del otr

   — ¿Qué estas insinuando?—preguntó.    Aquellos ojos dorados, le miraban con cierto recelo y a la vez curiosidad. Las visitas de Capitanía de Chile, se hicieron cada vez menos frecuentes desde las insurgencias que había iniciado el Virreinato del Río de la Plata.    — Que tú, yo y todos nosotros… ¡Podríamos llegar a ser Naciones!—exclamó emocionado, apretando sus hombros, sacudiéndole con el ímpetu que solo posee un adolescente cargado de ideales.      — ¿Naciones?, pero…papá…—se lamentó, deslizándose su

Los últimos 60 minutos del día Viernes —Entonces…¿Miguel?…— Atendió a la voz de su profesor. Estaba distraído, pero logró reaccionar antes de que el docente se percatara. —Puedes comenzar con la reunión— Autorizó extendiendo la mano hacia el centro de la pizarra.   Miguel sacó su libreta de apuntes, caminó hacia el lugar indicado y se paró frente a sus compañeros. Teniendo aquella satisfactoria vista panorámica de las cabezas adolescentes y comenzó a hablar. Las reuniones del curso eran un pequeño espacio de 45 min antes de finali

Acarició su cabello azabache con ternura, tratando de desenredar suavemente aquellos que estaban pegados a causa de la sangre seca; Mas no pudo ser lo suficientemente cuidadoso para que él otro, con gran sobresalto, despertase.   Vio un profundo odio en esos ojos dorados, unos fuertes alaridos se escapaban de su boca amordazada. Tal vez gritándole alguna grosería o exigiéndole explicaciones. Los sonidos rasposos de su agotada garganta se hacían cada vez más violentos y forzados. --Shhhtt, tranquilo, deja de hacer eso, lastimaras tu garganta si sigues así, ya llevas dos días haciendo esos ruidos.  

 Asombroso Diario: Tengo que contarte esto mientras West habla con Feliciano. Así es, después de casi una semana Italia devolvió la última de las miles de llamadas que Ludwig le hizo. —¡Vuelvo enseguida!—se excusó cuando al desayuno miró la pantalla de su teléfono, luego de oírlo sonar.   Anoche a eso de las tres de la mañana, me despertaron unos suaves picoteos en la frente. Gilbird trataba de advertirme de algo, lo supe inmediatamente, pues no es primera vez que mi compañero hace eso. Me desperté y me di cuenta que West no estaba en la cama de al lado, luego escuch&

…    Discúlpame, deje de escribirte pues ocurrió algo sorpresivo e inesperado. Una pequeña acción que desencadenó muchas otras cosas más.    Estaba escribiéndote, contándote las cosas que habían pasado durante el incendio. Cuando escuché a mi hermano exclamar sorprendido “¡Berwald!”. Al levantar la cabeza vi lo que Suecia había hecho para provocar tal reacción en West.    Había apretándolo con fuerza el endeble vasito desechable, haciendo que el café caliente se derramara en su mano. Le vi mirarse la diestra y su alma regresó a su cuer